La Liga Nacional de Voleibol, que vio la victoria de la Nacional de Voleibol femenina italiana, ha puesto la lupa en uno de los deportes más amados.
El voleibol es el cuarto deporte más popular a nivel global, con más de 800 millones de aficionados y una alta participación en todo el mundo. En Italia son 320 mil los atletas inscritos en la FIPAV (Federazione Italiana Pallavolo - Federación Italiana de Voleibol), de los cuales el 80% son mujeres, 4,3 millones los no profesionales que cada año saltan a la cancha para partidos amateurs, más de 17.500 equipos participan en los Campeonatos Federales y 1,8 millones de aficionados de mate y saque.
Si bien las cifras subrayan que el voleibol es una gran atracción deportiva, dicen poco sobre el aumento de las lesiones que se producen entre sets o en los entrenamientos.
Los jugadores de voleibol deben de hecho, lidiar con problemas relacionados con los movimientos repetitivos de las extremidades superiores, en los que a estar muy estresado, sobre todo durante el saque y el servicio, es el hombro. Con el paso del tiempo, e incluso en ausencia de traumatismos importantes, la tensión mecánica que se genera produce de hecho una "laxitud" o una “rigidez” adquiridas a su vez responsables de daños "por desgaste", causa de dolor y reducción de la funcionalidad. Lesiones del manguito rotador, inestabilidad, capsulitis adhesiva (“hombro congelado”) y tendinitis del supraespinoso son solo algunos de los problemas que pueden afectar a la articulación, obligando a parar para recuperar.
«En la mayor parte de las patologías que afectan al hombro – señala Alessandro Valent, fisiatra y asesor del Modena Volley en una función similar - el tratamiento conservador suele ser decisivo: el paciente recuperará el mejor estado físico combinando la reeducación funcional con el tratamiento manual y las terapias instrumentales. La laserterapia, Hilterapia® en particular, resulta especialmente eficaz, gracias a sus efectos analgésico, antiinflamatorio y descontracturante».
Efectos que también benefician las condiciones dolorosas que pueden afectar la rodilla y el tobillo, otras víctimas previstas entre un regate y el otro.
Complicando la articulación que une el muslo y la pierna se encuentran de hecho patologías por sobrecarga funcional – ¿ha escuchado hablar de la rodilla del saltador (inflamación del tendón terminal del músculo cuádriceps)? - inflamaciones cartilaginosas (condritis agudas y crónicas), tendinitis rotuliana, particularmente frecuentes cuando se realizan saltos repetidos y lesiones por esguince, por ejemplo, las lesiones del ligamento cruzado anterior.
Lo que empeora la situación es el terreno de juego, que al ser especialmente duro y, por tanto, incapaz de absorber los golpes, no solo agrava los síntomas, sino que también puede repercutir en otras articulaciones, como los tobillos. No es casualidad que sus esguinces estén entre las lesiones más frecuentes entre los jugadores de voleibol, además de ser la causa de paradas prolongadas.
Lo mismo puede ocurrir como consecuencia de lumbalgias de naturaleza discal o muscular o como resultado de una espondilolisis, que, a menudo asociada a un dolor ciático, limita la función de la espalda pero provoca un dolor intenso asociado a la debilidad o al entumecimiento de una de las extremidades.
